jueves, 2 de agosto de 2012

Algo diferente ... Cuento.

Este cuento salió de una manera muy extraña, puesto que fue producto de una clase de Imagen I, en la que estaba observando  unas imágenes y así empecé a construir la historia, pero con imágenes en mi cabeza. Empecé a escribir...

HUMO: DIBUJO FLUCTUANTE DE UNA MUJER.


Entre despampanantes luces de la bella ciudad, se encontraba esta noche caminando aquel personaje que todo lo veía y lo oía, si ese era yo, sin rumbo alguno, rendido al deseo y la curiosidad de los pies. Me detuve en un semáforo, puesto que su luz estaba en rojo pasión, así decidí llamarle a causa de que debajo de él y misteriosamente yacía una mujer preciosa, curvas perfectas, rostro de muñeca,
 cabello de ángel, para resumir era ideal, en su mano sostenía un cigarro cuyas cenizas caían acorde con sus lágrimas, y se consumía tan lento como sus pasos dispersos, pero sin dudarlo la seguí, continué detrás de ella simulando no importarme, su cuerpo era la guía de aquel humo rebelde que salía de sus labios, rebelde como su atuendo, reflejo quizá de su interior donde podría estar siendo librada una guerra. Pero aun no podía suponer aquello. Después de un largo caminar se detuvo en una gran banca, se sentó y agacho su mirada, no pude evitar sentarme a su lado y observar su bello rostro doliente pero aun así bello, no dirigía palabras ni miradas, solo absorbía un poco de su cigarrillo dejando que el humo se fuera con sus pensamientos, solo la observaba y me decía, será que está así por peleas o porque siente que no encaja en este mundo, es algo raro igual me pasa a mí, por más que intento hablarle no me escucha, es como si no estuviera aquí, su mente está en otro lugar, la siento incómoda, algo impaciente ¿será que mi presencia choca? no creo pues no le he hablado. No puedo dejar de observar lo bella que se ve triste como su maquillaje se va desapareciendo. Por momentos también me siento desesperado y siento que la realidad se me pierde por unos instantes, lo dije en voz alta, la mujer volteo su rostro y con una sonrisa coqueta y toque de malicia dijo: “Te sorprenderá lo que la realidad te puede mostrar” con gran impacto desvié mi mirada y la mujer ya no estaba, logré entender que aquella mujer era mi prototipo pero femenino, si, era yo, solamente siendo otra persona huyendo de la realidad.


Gran cuento, claro para mí, solo sé que algo más aprendí de esta clase, aquí esta mi prueba.



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